POR TEUDDY A. SANCHEZ.
JIMANI.- En la conmemoración del cuarto aniversario de la tragedia que mató a más de un centenar de personas aquí, el sacerdote Rogelio Díaz Heredia llamó a las personas a preservar la naturaleza, ya que constituye un pecado hacerle daño, porque se revierte en contra de todos.
El llamado del religioso fue en el marco de la celebración de la misa de recordación a las personas que perdieron la vida, tras la riada del río Blanco o Soliert, que nace en Haití.
La eucaristía fue realizada en la parroquia San José, que además de Díaz Heredia fue celebrada por el sacerdote Lamber Okere, con la asistencia de decenas de personas, mayormente familiares de las victimas, que murieron el 24 de mayo del 2004.
“El hombre debe estar en armonía con la naturaleza, ya que constituye un pecado hacerle daño, el que luego se revierte en contra de todos”, dijo Díaz Heredia al conducir la misa, la cual tuvo una duración de más de una hora.
De su lado Okere, instó a los presentes a agradecer la solidaridad, “y a no dejarse llevar por el interés particular de lucrarse con los recursos de la naturaleza”.
El religioso, asimismo llamó a las autoridades a tomar en cuenta sus responsabilidades, para proteger a la población de los peligros, al referirse al tramo carretero Boca de Cach
Al concluir la misa, los participantes caminaron hasta el barrio Las 40, donde vivían la mayoría y las víctimas y depositaron ofrendas florales en recordación de los fallecidos.
En el lugar hablaron, el síndico de aquí, Fernando Ramón Novas y el periodista Miguel Vólquez, quien con una profunda reflexión, “arrancó”, de lo más profundo de los dolientes emociones, lagrimas y llantos, para luego el sacerdote Díaz Heredia cerrar el acto con una oración.
Los familiares y amigos de las más de cien personas que murieron por la riada, encendieron velas en el monumento 24 de mayo, levantado en el barrio Las 40 de esta ciudad fronteriza ubicada a 282 kilómetros al Suroeste de Santo Domingo.
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