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miércoles, 16 de abril de 2008

Todo se compra y se vende en mercados de la frontera

Por Tony Pina

DAJABON.- Cada lunes y viernes, a las 8 de la mañana, el viejo portón de hierro que cuelga sobre el puente del río Masacre se abre para dar paso a miles de haitianos que durante esos dos días irrumpen hasta acá con sus cargas al hombro o empujadas en carretones para vender sus mercancías, en un mercado de pulgas que mueve 10 millones de dólares a la semana.

Es una feria donde todo se compra y se vende, lo mismo que acontece en toda sociedad de consumo.

Los haitianos ofertan sus productos por debajo de precio, y entre ellos los de mayor demanda están los perfumes, calzados, relojes, artesanías, jabones, utensilios de cocina, juegos de electrónicos, radios, computadoras, analgésicos, antihistamínicos, calzados, relojes, ollas de cocina, jarabes antigripales, ropas nuevas y, por supuesto, las usadas, tan comunes que es raro el nativo de estos lares que no cargue unos “pepes” encima.

Los dominicanos, por igual de mercaderes, pero tal vez con más voracidad. Conocen de las tentaciones y necesidades de sus vecinos. Saben de su crisis alimentaria, de sus carencias y debilidades, y de su voracidad por todo cuanto sea alimento, principalmente arroz, víveres, huevos, pollos, frijoles, leche en polvo y aceites.

Es un activo y dinámico movimiento que no sólo produce dinero sino que da vida y colorido en ambos lados de la frontera.

No pocos creen, sin embargo, que bajo ese hormiguero humano que se forma del lado dominicano también se hacen contactos para eventuales negociaciones del narcotráfico y de toda laya de tráfico clandestino.

Es por aquí, por la nariz de los militares, entre los vericuetos de los montes fronterizos, por donde penetra al país la mayor cantidad de armas y drogas que van a parar a manos de la delincuencia incontrolada que cada día agrega al rosario de la criminalidad del Distrito Nacional y los municipios de la provincia Santo Domingo entre ocho y diez víctimas.

Mercados fronterizos.- La Unión Europea ha definido a Dajabón y Ounaminthe como las dos ciudades “bisagras” del denominado “corredor económico” que en el futuro inmediato enlazará a Santiago y Cabo Haitiano, las segundas capitales de ambas naciones.

Nadie escapa en este entorno a la efervescencia del ya tradicional mercado de pulgas, ni siquiera los guardias, que parecen más atentos a picar el peso que a evitar los frecuentes contrabandos.

En efecto, este mercado fronterizo, formalizado para contener la emigración masiva de haitianos por el entonces presidente Joaquín Balaguer, a finales de la década del 90, cuando la inestabilidad política y los golpes militares agravaron la hambruna en Haití, es un “negocio redondo” donde cada quien se la busca o se la juega en una partida por ganarse el sustento cotidiano.

No importa cómo sea, lo importante -dirán ellos- es la subsistencia. Y así parece ser el modus vivendi en la frontera norte de la República Dominicana.

El padre Regino Martínez, líder del movimiento que apuesta a la integración y la convivencia fronteriza, es lo que más se asemeja a fray Antonio Antón de Montesinos, aquel franciscano cuya voz tanto clamó en el desierto de la ignominia que imperó durante la época de la Conquista.

Regino acá anda con los mismos pasos que anduvo fray Montesinos. Su lucha se propaga en años, ya son varias décadas, por la defensa de los derechos de haitianos y dominicanos residentes en la frontera.

El religioso es de los que opinan que el mercado podría haber crecido más y beneficiar a más gente de ambos lados, si no se acabaron los abusos militares contra los haitianos.

“Denuncia van y denuncia vienen, y el estamento militar se hace de los oídos sordos para no corregir los atropellos. Ahora dicen que ni siquiera investigarán las denuncias que hago porque son recurrentes”, se queja este cura de pueblo que bien ganada tiene la gloria si Dios no se tapa los ojos para no ver tanta iniquidad.

¡Vaya manera de patear la pelota!

Y para colmo, hace ya unos meses que llegaron las tropas del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), una élite militar que desde que fue enviada a la frontera cambió el ron en sus parrandas por el whisky y el clerén que se trafican en la zona.

Mercados fronterizos.- Los mercados fronterizos no sólo se dan en Dajabón; también en Pedernales, Jimaní y Elías Piña.

Surgieron improvisadamente, pero son una alternativa a la especulación y a la carestía del comercio agiotista que se verifica en las sociedades capitalistas.

Cada uno de estos mercados tiene sus particulares formas de operar, pero el de Dajabón, por el volumen de sus operaciones, es el que más mueve la economía de Haití y República Dominicana, de acuerdo a las estadísticas oficiales.

Actualmente, se construye con fondos de la Unión Europea la carretera entre Ounaminthe y Cabo Haitiano, que contribuirá al incremento del intercambio comercial entre los dos países.

El Ayuntamiento de Dajabón -el cabildo del país que más dólares percibe de ingresos por concepto de impuestos al mercado fronterizo- contempla ampliar los espacios que semanalmente arrienda a los comerciantes, porque acá nada es gratuito, probablemente ni el aire que se respira. Y es que todo huele a comercio, a mercadería.

Para materializar ese proyecto se necesita habilitar más calles y más casetas, dada la cantidad de mercaderes y lo estrecho del espacio, por lo que se contempla la posibilidad de acondicionar más vías contiguas a la zona donde están las aduanas dominicanas, contiguas al Masacre, el mismo río que sigue pasándose hoy en día a pie, como en aquellos tiempos ya remotos de la dictadura trujillista y que sirvió de sólida argumentación histórica a Freddy Prestol Castillo para escribir su famosa novela “El masacre se pasa a pie”.

Sin embargo, la sangre no ha desaparecido por completo de su cauce, aunque no sea como cuando salía de los cadáveres pasados por las bayonetas. Las aguas sucias del Masacre fueron cómplices de tantas muertes inocentes que nunca fueron investigadas, así como del trasiego de drogas, armas e indocumentados.

Mapa Provincial

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Asi esta Divida Nuestra provincia