Volvamos a Charco Largo.

Miguel Cruz Tejada
27/8/2005 12:46 AM -

NUEVA YORK._ El pasado domingo 21 de agosto, el presidente Leonel Fernández en un discurso pronunciado en la norteña ciudad de Moca, dijo que si la situación de los precios del petróleo en el mercado internacional, continúa su ritmo, el país y el mundo, se verán abocados a una catástrofe y tendrán un panorama lleno de conflictos.

En un artículo anterior, titulado “Un presidente de poca fe”, criticaba esa actitud derrotista de Leonel, después que se presentara en la campaña electoral del 2004, como el “paladín” y el abanderado de la esperanza, los sueños y el progreso. Veo una extrema dicotomía, entre discursos electoralistas, que buscaban sumar los votos que él necesitaba para volver al Palacio Nacional y la posición de firmeza, acompañada por medidas eficientes, que debería asumir un mandatario en tiempos convulsos.

Refrescando la propuesta del Movimiento Institucional Dominicano (MINDO) que tiene sede en Nueva York y que plantea un plan nacional de ahorro de energía, recuerdo ahora con nostalgia y tristeza, aquel histórico anuncio del extinto presidente Don Antonio Guzmán Fernández, quien le aseguró a la nación, que técnicos y expertos exploradores internacionales, habían encontrado petróleo en el paraje Charco Largo de la sureña provincia de Azua.

A Guzmán, al parecer, lo mandaron a callar y días después se retractó, pero afirmando que tenía intenciones de nacionalizar la Shell para resolver el problema de la auto suficiencia energética y de combustibles del país, que nunca ha sido productor del crudo.

Posteriormente, el presidente en ejercicio, apareció muerto, con un disparo en el lado “equivocado” de la cabeza y se le dijo al mundo que se había “suicidado” por que “funcionarios, palaciegos incluyendo a su hija Sonia y su esposo José María Hernández, estaban desfalcando el estado”. Se agregó a esa especulación, que el presidente era tan serio, que no soportó esa vergüenza y por ello, decidió matarse.

Particularmente, nunca he creído esas versiones y por el contrario, me he pasado décadas, desde el momento de su muerte, analizando los probables bemoles que llevaron a su liquidación física, entre los que no se puede dudar, estarían involucrados los intereses por la explotación del anunciado petróleo.

Los azuanos, aseveran que en Charco Largo, los pozos se sellaron, tras compañías extranjeras llenarlos con enormes cantidades de concreto armado, para que nadie, pudiera volver a destaparlos.

La historia, luce y suena como un cuento de hadas, pero no estaría demás que ante la crítica situación que abate a los países no productores, el presidente Leonel Fernández, se animara y ordenara una reapertura de las investigaciones técnicas, que pudieran verificar si esos informes, fueron ciertos o no.

De hacerlo y encontrar petróleo, podríamos todos los dominicanos cantar “¡bingo!” y celebrar con la comunidad internacional aliada el histórico hallazgo. Pero además de Charco Largo, otras versiones sostienen por mucho tiempo que en la Loma del Mogote, el segundo pico más alto del país, también podría haber petróleo o por lo menos gas natural cuyas “venas” comienzan en Venezuela y se extienden hasta allí.

Mis interrogantes a través del tiempo, han sido las de porqué después que Don Antonio hiciera el anuncio, se “retractara” del mismo, se sellaran los pozos en Azua y apareciera muerto en el Palacio Nacional, ningún otro gobierno, incluyendo a los del PRD, su propio partido, han recobrado la iniciativa de reabrir las averiguaciones.

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