SE TRATA DE UN FENÓMENO ECOLÓGICO QUE LOS RESIDENTES EN LA ZONA CALIFICAN DE EXTRAÑO
POSTRER RIO, Jimaní.- Las aguas saladas del lago Enriquillo mantienen un aumento continuo de su volumen y a su paso han sumergido grandes áreas turísticas y miles de tareas de tierra productiva que hasta hace cinco meses estaban sembradas de rubros agrícolas, pastizales y cocos en las provincias Independencia y Bahoruco.
Este fenómeno ocurre en momentos en que la región Sur del país se encuentra en período de sequía, por lo que sus residentes empiezan a hacer conjeturas sobre la situación que tendrán que enfrentar cuando se inicie la temporada de lluvias en mayo próximo.
Hay quienes aseguran que el mar está inyectando agua “a borbotones” por debajo de este lago. Otros advierten que su aumento es ocasionado porque las corrientes de los ríos Yaque del Sur fueron conducidas a su fosa.
Mientras la gente busca respuesta a lo que llama “la desgracia ecológica de la región Sur”, las aguas del lago “se tragan” casas, caminos, llanuras y amenazan a tres importantes carreteras que comunican varias ciudades de la región.
Testimonios de los habitantes de estas provincias dicen que a mediados del pasado año a la fecha las inundaciones del lago Enriquillo han ocultado parte de la isla Cabritos y totalmente la península de ésta, y la piscina natural La Azufrada, donde miles de personas acudían a bañarse con la creencia de que sus aguas curaba afecciones de la piel.
Irreversible
El ingeniero David Vólquez informó que en los últimos cinco meses las aguas han cubierto más de 200 mil tareas sembradas de plátanos, guineos, yuca, cebollín, aguacate, batata, ñame, auyama, guandules, rulo, coco, aguacate y pasto para el ganado, dejando por lo menos a 15,000 productores “con las manos en la cabeza”.
Informó que en menos de medio año ha sumergido un promedio de cuatro kilómetros de tierra en forma horizontal ya sembrados, los cuales están hoy bajo un manto de agua salada con la altura de un edifi cio de dos niveles. “El lago ha sumergido una porción territorial horizontal similar a la distancia que existe desde la avenida Abraham Lincoln hasta el río Ozama en Santo Domingo. Esas crecidas ha tapado matas de coco de más de cuatro metros de altura y esto que ocurre aquí es una tragedia tan grande que todos los cultivos que estaban en los alrededores del lago, han desaparecido por completo”, destacó.
Desgracia
Por la velocidad con que las aguas suben los residentes en la zona estiman que a mediados de este año habrá sepultado gran parte del territorio que ocupa Villa Jaragua, Los Clavellines y Los Rios de Neiba, así como parte de La Descubierta, Bartolomé, Postrer Río y Boca, en Cachón de Jimaní, donde los productores y familias tienen la vista puesta en las montañas para establecer sus residencias en puntos más altos.
Daños
La carretera Boca de Cachón que conduce hacia Jimaní está a punto de quedar sepultada por las aguas del lago, y hay tramos en que las inundaciones están en el borde de la vía. Las aguas han arrastrado numerosos peces bebés y atraen garzas y gallinas de agua que se dan banquete.
Este lago que hasta principios del año 2008 era un orgullo para los habitantes de las provincias Independencia y Bahoruco, hoy representa a un monstruo de aguas saladas que amenaza con tragarse todo.
El daño más signifi cativo, como lo expresara el agrónomo Fernelys Ferrera, quien tiene una propiedad sembrada de plátanos, guineos, rulos y otros rubros agrícolas en la comunidad Roberto de Villa Jaragua, es que miles de productores de la zona quedaron sin tierra para la producción, y eso traerá hambre a la zona. Dijo que allí se ha perdido un promedio de 30,000 tareas sembradas, propiedad de 200 productores.
“Yo he perdido aproximadamente 60 tareas de tierra de 100 que tenía esta propiedad, pero tengo compañeros como Bienve y Polibio Can que lo perdieron todo. No tienen adonde sembrar una mata de guandules, pero es que esta laguna tiene un secreto que la hace subir sin que llueva”, dijo.
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